martes, 5 de diciembre de 2017

Una damajuana iluminada




Las damajuanas,  denominadas por mi zona garrafas, tienen una larga tradición y a ellas quiero dedicarles este post  a las cuales me siento muy arraigadas desde niña.  
Realizadas en vidrio soplado, eran destinadas a guardar y conservar líquidos tales como vino, aceite, agua, vinagre... En un principio revestidas con esparto y mimbre que realizaban artesanalmente para proteger su fragilidad, aislarla de la variación de las temperaturas, y  facilitar su manipulación al incorporarle las asas, y que por la década de los 70 se sustituyó por plástico.

Actualmente se separa el envoltorio para recuperar estas garrafas, y podemos encontrarlas en rastros, mercadillos, brocanters, tiendas y ferias de antigüedades.
Las más comunes tienen una capacidad de 5, 8 y 16 litros, pero las hay también de 2 litros, como es el caso de la garrafa que transformé en lámpara y que podéis ver en este post. Sus precios varían según su capacidad, oscilando entre los 20 a 40 €.

La palabra “damajuana” en su etimología procede del francés “dame-jeanne”, y hace mención a la Reina Juana I de Nápoles, que tras refugiarse durante una tormenta en el taller de un maestro vidriero se interesó por la fabricación de estas.
En algunas zonas de España es conocida como garrafa, palabra proveniente del árabe.

Estas garrafas (he crecido llamándolas así) están muy presentes en mi hogar desde que tengo uso de razón, ya que han acompañado durante muchas generaciones a mi familia,  viticultores de profesión.

Las recuerdo almacenadas en despensas, sótanos, cuevas subterráneas, conservando el vino, el vinagre, el aceite, y algún licor casero. Pero lo que más recuerdo con mucha alegría pero a la vez nostalgia, es cuando mi padre iba los sábados a la cooperativa de vino a recargar estas garrafas para llevarlas a casa. Para ello utilizaba una carretilla para agilizar su transporte, y entonces yo me subía en ella rodeada de estas preciosidades, ¡era como subirme en una atracción de feria!

Son piezas muy versátiles en cualquier tipo de decoración, con las que podemos hacer gran variedad de composiciones aportando un valor sentimental añadido a nuestro hogar, haciéndolo único. Porque un hogar tiene que hablar de nosotros y de nuestras raíces, como es mi caso. No hay nada más carismático que la mezcla de tradiciones integradas con la decoración actual.

Podemos usarlas de mil maneras, como jarrones, en un rincón vacío en el cual no se sabe qué colocar, sobre las mesas, en el hueco de la escalera, e incluso puedes utilizarla como lámpara de mesa o de techo, con lo que aportarás a tu casa un toque único y original.

Quién me iba a decir a mí, rodeada en mi casa de garrafas y ahora son iconos de la decoración.


Damajuana como lámpara

Damajuana como jarrón

Composición con damajuanas

Damajuanas en escalera

Damajuana como lámpara de techo

¡Gracias por pasarte!

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